Rosa & Cristina
Hoy os presentamos a dos Julietas enamoradas de su estilo propio y de la música. Rosa y Cristina decidieron casarse y compartir con todos sus invitados el mejor concierto de su vida.
Juntas viven en Madrid, pero tanto la ceremonia, como la celebración tuvieron lugar en La Clariana, un lugar con un entorno precioso al que no tardamos en sacarle partido. Cuando llegamos a conocerlo, una zona nos enamoró a primera vista. Un pasillo repleto de abetos espectaculares que pedían a gritos un papel protagonista en nuestra historia. Y aunque el espacio tenía otras zonas para la ceremonia, no dudamos ni un instante en proponer esta nueva localización.
Nuestras chicas, como ya os hemos comentado, aman la música por lo que su boda tuvo esta temática.
Su invitación simulaba una entrada de concierto, pero no para un concierto cualquiera, ni más ni menos que para “el concierto de sus vidas”. Esta misma frase la utilizamos para construir un bastidor retroiluminado que indicaba el acceso a la ceremonia.
En la entrada, junto al bastidor, colocamos las flightcases. Para los que no sepáis de qué os hablamos, son las cajas negras con perfil de metal con las que se transportan los altavoces y mesas de sonido. Seguro que os suena haberlas visto en los conciertos. Normalmente, este tipo de cajas, una vez se realiza el montaje se guardan hasta el momento del desmontaje. En esta ocasión decidimos que debían estar presentes, como homenaje al buen concierto al que estábamos a punto de asistir. Estas mismas cajas las utilizamos para decorar y apoyar fundas de guitarras repletas de conos de florecillas que los invitados lanzarían tras el “Sí quiero“.
El camino hacia el altar era un pasillo con guirnaldas verdes y ramilletes de flores con una cinta con estampado chevron marsala, totalmente conjuntado con los caminos de mesa que hicimos para la ocasión.
Y allí, al final del camino, se encontraba la batería de Rosa. Para esta ceremonia no podíamos contar con una mesa de ceremonia cualquiera. Se nos ocurrió colocar una batería para continuar con la temática musical y cuál fue nuestra sorpresa, Rosa toca la batería y tenía una, justo del color que nos la habíamos imaginado. No os creeríais los saltos de alegría que dimos al saber la noticia. ¡Teníamos batería!
Todo el perímetro de la ceremonia fue delimitado con cortinas de micro bombillas. Sentimos decirlo nosotras mismas, pero ese momento en el que comenzó a anochecer y las luces cobraron protagonismo, fue lo más.
Llegó el momento de comenzar y nuestras Julietas, con ese estilo rockero que les caracteriza, llegaban al espacio motorizadas con sus padrinos al manillar. Este fue otro de los momentos top de la ceremonia. Los invitados ya estaban en sus asientos cuando sonó el rugido de una Harley-Davidson. Así llegaba Rosa, con la Harley de su padre y su vestido corto, con falda de tul, botines negros y su chupa de cuero. Muy fan de este momento y de su estilismo.
Pasaron unos minutos y apareció Cristina. Hizo su entrada subida en una espectacular moto roja que dejó a los invitados boquiabiertos. Cristina para la ocasión eligió un vestido largo y chaqueta de cuero blanca.
Y dimos paso a la ceremonia, donde muchos amigos y familiares les dedicaron bonitas palabras. Decidieron hacer el rito de la arena, pero como tantas cosas en este día, no era una arena cualquiera. Ambas son amantes de Irlanda y de la música celta por lo que no dudaron en traerse arena de tierras irlandesas en su último viaje.
Como colofón a la ceremonia, una suelta de globos secuencial acompañaba el camino de Rosa y Cristina hacia la salida.
Tras los abrazos y las felicitaciones pasaron a la zona de cóctel donde les esperaba un rico aperitivo, un córner de cervezas Guinness y el seating, o más bien “The Wall of Fame“.
Creamos un muro inspirado en la pared del local preferido de las chicas en Irlanda. De él colgamos los discos de oro de sus grupos preferidos con las carátulas originales, que indicaban en qué mesa se ubicaban cada uno de sus invitados.
Ya en el salón, colocamos guirnaldas en el techo anulando así la iluminación original para crear más calidez. Nuestras chicas son muy fan de las cervezas internacionales, por lo que decidimos utilizar botellas de cerveza de diferentes marcas como bases para los centros florales.
Fue una noche repleta de sorpresas. Música en directo, confeti y regalos al más puro estilo irlandés. Sin duda Rosa y Cristina estaban rodeadas de personas dispuestas a que esa noche fuese realmente especial.
Así fue la primera boda de la temporada 2016. Os dejamos con las imágenes que le dan sentido a todo esto que os contamos y cómo no, una vez más, de la mano de Cristina Yabiku.