Marta & David
Siempre que comienzo a escribir un post, no sé por qué me viene a la cabeza la primera cita. Aquel día Marta apareció por la ofi con una amiga. Llevaba un abriguito rojo y una trenza al lado. Cuando la vimos pensamos: “wow, vaya novia guapa”. Podréis comprobarlo a lo largo del post. Pero con todo lo bella que es por fuera, ni os imagináis cómo es por dentro.
La particularidad de la fecha elegida, el 28 de noviembre, hizo que en la búsqueda del lugar perfecto tuviéramos en cuenta muchos factores que no podíamos descuidar.
Ambos viven en Valencia pero muchos de sus familiares y amigos venían de lejos. Localizar un espacio en la ciudad para comodidad de todos ellos era uno de sus requisitos.
El mar era otro atractivo a tener en cuenta. David es de Xábia, para los que no lo conozcáis es un pueblito costero de la Comunidad Valenciana con playas y calas espectaculares.
Fuimos visitando espacios hasta que finalmente se decidieron por el edificio Veles e Vents situado en el puerto de Valencia.
El lugar cumplía muchos requisitos. Ocupación hotelera para sus invitados, un espacio interior amplio por si el tiempo no acompañaba y unas vistas envidiables al mar por cada uno de sus rincones.
La decisión más importante estaba tomada. Tocaba avanzar con otros aspectos bodiles. El espacio no disponía de catering por lo que comenzamos con la elección de otro de los puntos importantes de una boda.
Catering Cinco fue el elegido. No sabéis lo que significó trabajar con este equipazo. Coincidir con ellos es siempre un verdadero placer y un triunfo asegurado.
El vestido de Marta no fue fácil de encontrar hasta que llegamos a Jesús Peiró Valencia. El equipo humano que hay detrás de esas puertas, capitaneado por Menchu, siempre nos deja sin palabras. Facilidades, cariño y amabilidad les define a la perfección.
Nuestro campo inspirador para la deco de la boda era el mar. Marta nos contó que tenía una prima que pintaba a acuarela y que le haría mucha ilusión que ella creara los elementos de sus invitaciones. Así que Belén se puso manos a la obra.
Cuando Marta trajo las primeras pruebas de lo que había pintado Belén no dábamos crédito a lo que veíamos.
Preciosas acuarelas de acantilados, puertos con barcos y lindas familias de pececitos nos dejaban boquiabiertas. Nos gustaban todas. Decidimos utilizar muchos de estos elementos para las invitaciones y algunos otros para el resto de cartelería de la boda. La gama cromática, los azules. Desde el más intenso azul del fondo del mar hasta los dulces turquesa. Para darle forma a los diseños que Belén había pintado contamos con Lovely Paper.
Durante el proceso de la boda tuve la oportunidad de conocer a Marta en muchos aspectos. Pero si tengo que destacar algo diría que me enamoró su sencillez, el amor por David y sobre todo su amistad.
Muchas de las tardes de trabajo terminaban en una cafetería del centro, de esas bonitas con mensajes positivos en cada uno de sus rincones. A este lugar Marta le llamaba “El cuartel general”, donde poníamos las cartas sobre la mesa y tomábamos decisiones.
Con David coincidimos en pocas ocasiones debido a su trabajo, pero siempre nos ofrecía grandes dosis de amabilidad y cariño.
28 de Noviembre en el calendario, había llegado el gran día. Las temperaturas que el día nos ofrecía eran espectaculares, perfectas para llevar el plan A acabo en toda su extensión.
El espacio, como os comentábamos, es un lugar maravilloso con unas vistas increíbles, pero totalmente diáfano.
Precisamente por esto, creamos un burladero decorado con maderas naturales en el que colgamos mensajes con cartelería personalizada para la ocasión. De este modo, conseguimos que al llegar los invitados no vieran el espacio a primera vista y crear algo más de expectación.
En el centro del burladero, una puerta roja con barandillas, estructura creada también para la ocasión, en la que Marta se colocó para comenzar su camino a la ceremonia.
Los invitados esperaban el gran momento.
La ceremonia tuvo lugar en una de las terrazas del edificio con vistas a la playa y al canal del puerto.
Un romántico mueble antiguo blanco recuperado les esperaba en el altar.
Para los atados de las sillas utilizamos como planta principal las Tillandsias.
Queríamos darle un toque marino (aunque no lo sean) sin caer en conchas, corales, estrellas de mar y típicos elementos con sabor a mar.
Y allí estaba ella, radiante y emocionada frente a David.
En el camino, un mensaje, “Tengo mi sonrisa lista para cuando te vea”.
Fue una ceremonia muy emotiva. Sus familiares más cercanos se encargaron de que así fuera.
Después de los “Sí quiero” llegó el momento del cóctel. Acondicionamos la zona buscando darle calidez al lugar utilizando mobiliario para zona de descanso en maderas y blancos.
Y fue pasando el día… vimos un atardecer increíble con la noria de fondo.
Había elementos externos que hacían que tal como pasaban las horas todo cobrara un aspecto muy especial.
También lo fue el baile. Silvia, otra de las primas de Marta, se unió a Coveralia, grupo encargado de arrancar la fiesta, para cantarles su canción en directo, “Stand by Me”.
Sí, en esta familia hay muchas artistas.
Así dio comienzo una maravillosa noche de risas, bailes, selfis, acompañados en todo momento por una imponente luna llena que se coló en la fiesta como invitada especial.
Esta boda fue fotografiada por Javier Gurrea. Desde el minuto uno supimos lo bien que iban a encajar con nuestros Romeos.
Con estas imágenes damos vida a esta bonita historia. Gracias Javier.
¿Cómo es?